The Story of Jesus

Segunda Venida de Cristo – Parte 2

Parte 4b

El Señor respondió,

‘Siervo malvado y perezoso, sabías que cosechaba donde no sembraba y recogía donde no había esparcido, deberías haber puesto el talento en el banco para ganar intereses.

Llévate a este siervo malvado y dale lo que él tenía al primer siervo que tiene los diez talentos.

Porque al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia.

Pero al que no tiene, incluso lo poco que tiene le será quitado.

Al siervo inútil lo echó a las tinieblas de afuera, donde había llanto y el crujir de dientes”.

“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con él, se sentará en el trono de gloria y reunirá a las naciones ante él.

Él los separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de las cabras.

Pondrá las ovejas a un lado y las cabras al otro lado.

Entonces, el Rey dirá a los de su derecha,

Venid, vosotros que sois bendecidos por mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde el principio del mundo.

Yo tuve hambre y me disteis de comer. Tuve sed y me disteis de beber. Yo era forastero y me acogisteis. Estaba desnudo y me vestisteis. Estuve enfermo y me visitasteis. Estuve en la cárcel y vinisteis a verme.

Entonces los justos le responderán diciendo,

‘Señor, ¿cuándo tuviste hambre y te dimos de comer? ¿O sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te acogimos? ¿O desnudo y te vestimos? ¿Y cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y acudimos a ti?’

Respondió el Rey,

“He aquí una verdad que debéis comprender: como lo hicisteis con el más pequeño de mis hermanos, conmigo lo hicisteis”.

Entonces el Rey dirá a los de su izquierda,

“Apartaos de mí, malditos, entrad en el fuego que está preparado para el diablo y sus ángeles.

Tuve hambre y no me disteis nada de comer. Tuve sed y no me disteis nada de beber. Fui forastero y no me acogisteis. Estaba desnudo y no me vestisteis. Estaba enfermo y no me visitasteis. Estuve en la cárcel y no viniste a verme.

He aquí una verdad que te perdiste trágicamente. Como no se lo hicisteis al más pequeño de mis hermanos, tampoco me lo hicisteis a mí.

Los impíos irán al castigo eterno. Pero los justos irán a la vida eterna”.