The Story of Jesus

Pilato Condena a Jesús

Parte 8a

Era costumbre que en la fiesta de Pascua las autoridades pusieran en libertad a un prisionero. Y había un preso notable, un asesino y rebelde contra Roma llamado Barrabás.

Y la multitud se acercó a Pilato y empezó a exigir su regalo anual de un preso liberado. Pilato vio en ello una oportunidad de escapar a sus dificultades sobre Jesús.

Una vez ellos se habían reunido, Pilato les preguntó,

¿Queréis que libere a Jesús, el Rey de los Judíos? Le he examinado y no encuentro en él ninguna falta.

Herodes tampoco puede encontrar nada malo en él. De acuerdo con vuestra costumbre, castigaré a Jesús y luego lo pondré en libertad.

O puedo liberar a Barrabás. ¿A quién queréis que os suelte, a Barrabás, asesino y rebelde, o a Jesús?”.

Pero ellos gritaron todos juntos, diciendo,

‘Fuera con este hombre, suelta a Barrabás’.

Mientras tanto, Pilato estaba sentado en el tribunal, le llegó un mensaje de su esposa. El mensaje decía,

‘yo he tenido sueños terribles con respecto a este hombre Jesús, debes liberarlo y no tener nada más que ver con él’.

Los sumos sacerdotes y los ancianos agitaron a la multitud para que exigiera la liberación de Barrabás y para que destruyera a Jesús.

Ellos volvieron a gritar diciendo,

‘No este hombre, sino Barrabás’.

Pilato volvió a hablarles intentando persuadirles de que él debía poner en libertad a Jesús.

La multitud no quiso oír nada y empezó a gritar,

‘Crucifícalo, crucifícalo’.

Dijeron todos,

‘Que sea crucificado’.

Pilato lo intentó por tercera vez, preguntándoles,

¿Qué mal ha hecho este hombre? No encuentro en él nada que merezca la muerte, lo castigaré y lo soltaré’.

Pero la multitud se agitó aún más, diciendo,

‘Crucifícalo. Que sea crucificado’.

Entonces Pilato tomó a Jesús y lo azotó.

Y los soldados le impusieron una corona de espinas en Su la cabeza y le pusieron al cuello un manto púrpura. Se acercaron a Él y le dijeron,

‘¡Salve, Rey de los Judíos!’

Y le golpearon con las manos.

Pilato esperaba que la multitud quedara satisfecha con la humillación y el castigo de Jesús. Él hizo que sacaran a Jesús delante del pueblo con una corona de espinas y un manto púrpura. Pilato les dijo,

‘¡He aquí al hombre!’.