The Story of Jesus

Parábola del Sembrador

Parte 3

Jesús salió la casa en la que se alojaba y bajó a la orilla del mar, donde comenzó a enseñar.

Una gran multitud acudió para estar con Jesús y escucharle enseñar. La multitud era tan grande que Jesús subió a una barca y la empujó un poco lejos de la orilla.

Entonces Jesús se sentó en la barca mientras la multitud permanecía de pie en la playa.

Y Jesús empezó a enseñarles utilizando parábolas.

Jesús les enseñó,

“Mirad, el sembrador salió a sembrar su semillas, y mientras las sembraba, algunas semillas cayeron por el camino y fueron pisoteadas, y vinieron las aves del cielo y se comieron las semillas.

Algunas de las semillas cayeron entre las espinas y crecieron entre los espinos. Pero las espinas ahogaron las plantas, de modo que no produjeron nungún fruto.

Algunas de las semillas cayeron en la buena tierra y crecieron, y algunas produjeron 100 veces, y otras 60 veces, y otras 30 veces”.

Y Jesús gritó,

“El que tenga oídos para oír, que oiga”.

Cuando Jesús se quedó solo, los doce discípulos se acercaron a Él y le preguntaron qué significaban las parábolas y por qué hablaba en parábolas.

Jesús les dijo que a ellos se les explicaría el misterio del Reino, pero que los demás que escucharan las parábolas no las comprenderían. Jesús les dijo que así se cumplía la profecía de Isaías, quien decía,

“Escuchando oiréis, pero no entenderéis. Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido y sus oídos oyen pesadamente, y sus ojos se han cerrado.

Porque si oyeran y vieran y comprendieran con el corazón, se arrepentirían y yo los sanaría.

Pero, benditos sean vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen.

Esta es una verdad que debéis comprender. Muchos profetas y hombres justos desearon ver las cosas que estáis viendo y oír las cosas que estáis oyendo.

Así es como debéis comprender esta parábola y todas las parábolas que enseño.

Por eso, escuchad la parábola del sembrador.

La semilla es la palabra de Dios. El sembrador siembra la palabra. Las semillas que caen al borde del camino y son comidas por los pájaros, son las palabras que se oyen.

Una vez oídas las palabras, Satanás entonces viene inmediatamente y se las arrebata, para que no se arraiguen en su corazón. Una vez arrebatada la palabra, ellos no pueden creer ni ser salvados.

La semilla que se siembra en el pedregal es como los que oyen la palabra y la creen durante un tiempo; luego, vienen las dificultades y las pruebas a causa de la palabra, y tropiezan y se apartan.

La semilla que se siembra entre espinos es como la palabra que se escucha y empieza a echar raíces, pero las preocupaciones, el engaño de las riquezas y las lujurias de este mundo ahogan su vida.

La semilla que se siembra en la buena tierra es la de aquellos de corazón honesto, que escuchan la palabra y la mantienen firme y la aceptan.

Producen fruto, unas 100 veces, otros 60 y otros 30″.