The Story of Jesus

Los Escribas Critican a Jesús

Parte 1

Jesús regresó a Galilea, donde continuó su ministerio. Pero no regresó a Judea porque los judíos tramaban matarlo, y aún no era su hora señalada.

Un grupo de fariseos vino de Jerusalén y se unió a algunos escribas con el propósito de encontrar faltas en Jesús. Empezaron a interrogar a Jesús. Habían visto a algunos discípulos de Jesús comer con las manos sin lavar. Lo consideraban una profanación y una rebelión contra la tradición de los ancianos, que habían añadido muchas leyes y restricciones injustificadas a las palabras de Dios reveladas a Moisés en la Torá.

Los fariseos y los escribas le preguntaron a Jesús,

“¿Por qué tus discípulos no siguen las tradiciones de los ancianos?”

Jesús les dijo,

“¿Por qué desobedecéis el mandamiento de Dios? ¡Por vuestras tradiciones, hipócritas! El profeta Isaías tenía razón sobre vosotros cuando dijo,

‘Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mi.’

Ellos me adoran en vano, enseñando en cambio los preceptos y principios de los hombres.

Apartáis los mandamientos de Dios y os aferráis a las tradiciones de los hombres. Preferís obedecer a los hombres que a Dios.

Pues Dios, por medio de Moisés, dijo,

Honra a tu padre y a tu madre; permite que el que hable mal de su padre o de su madre, muera.

Pero habéis deshecho la clara intención de la ley de Dios con vuestras propias tradiciones.

Os negáis a mantener a vuestros padres en su vejez, calificando de regalo especial a Dios el dinero que debería utilizarse para mantener a vuestros padres.

Eso os permite conservar el regalo para vosotros en lugar de utilizarlo para mantener a vuestros padres.

De este modo insultáis a Dios y creáis una tradición que deshace el propósito divino de que ayudéis económicamente a vuestros padres en su vejez.

Éste es sólo un ejemplo de las formas en que subvertís las verdaderas intenciones de los mandamientos de Dios con vuestras propias tradiciones.”

Jesús llamó a las multitudes hacia Él.

Jesús les dijo,

“No es lo que entra en la boca de un hombre lo que le corrompe o contamina, es lo que sale de su boca lo que corrompe y contamina”.

Jesús entró entonces en la casa donde se hospedaba. Sus discípulos se acercaron a Él y le dijeron,

“¿Sabías que ofendiste mucho a los fariseos con lo que dijiste?”.

Jesús les dijo,

“Toda planta que no haya plantado mi Padre celestial será desarraigada. Dejad en paz a los fariseos; son guías ciegos. Tanto los guías ciegos como los ciegos a quienes guían caerán en un pozo”.

Pedro dijo a Jesús,

“Dinos el significado de lo que dijiste a los fariseos”.

Jesús les dijo,

“Tienéis que comprender que no son las cosas exteriores las que contaminan a un hombre, sino las cosas que hay en su corazón.

Si un hombre come carne, ésta entra en su estómago y atraviesa su aparato digestivo y luego es expulsada de su organismo. No pasa por el corazón del hombre.

Es lo que sale de un hombre lo que le hace impuro, eso incluye:

Los malos pensamientos, las fornicaciones, los robos, los asesinatos, los adulterios, la codicia, la maldad, el engaño, la sensualidad, el ojo envidioso, la mentira, las rabietas, el orgullo. Todas estas cosas malas se producen desde el interior del hombre. Comer con las manos sin lavar no contamina al hombre”.