La Unción de los Pies de Jesús

Uno de los fariseos, llamado Simón, invitó a Jesús a su casa. Jesús aceptó y fue a casa del fariseo para comer con él.

Una mujer que era conocida como pecadora se enteró de que Jesús estaba en la casa.

Ella entró en la casa llevando un frasco de alabastro con perfume de ungüento. Ella se acercó al extremo del diván en el que estaba reclinado Jesús y se quedó llorando tanto que sus lágrimas mojaron los pies de Jesús.

Entonces empezó a limpiar los pies de Jesús con sus cabellos, le besó los pies y se los ungió con el aceite perfumado.

El fariseo se dijo a sí mismo,

“Si este hombre fuera profeta, habría sabido que se trata de una mujer pecadora y no permitiría que ella lo tocara”.

Jesús sabía lo que pensaba su anfitrión el fariseo y le dijo,

“Simón, tengo algo que decirte”.

dijo Simón,

“Maestro, dime qué tienes en mente”.

Jesús les dijo,

“Un prestamista tenía dos deudores. Uno le debía 500 chelines y el otro le debía 50. Ninguno de los deudores podía pagar al prestamista, así que éste les perdonó ambas deudas. Ahora déjame que te haga una pregunta: ¿Cuál de los deudores querrá más al prestamista?”.

Respondió Simón,

“Yo supongo que al que más se le perdonó”.

Entonces Jesús dijo,

“Has dado la respuesta correcta”.

Volviéndose hacia la mujer, Él le dijo a Simón,

¿Ves a esta mujer? Yo entré a tu casa y no me diste agua para lavarme los pies, pero ella ha mojado mis pies con sus lágrimas y los ha limpiado con sus cabellos.

No me diste un beso de saludo, pero ella, desde el momento que entré a tu casa no ha dejado de besarme los pies.

No ungiste mi cabeza con aceite, pero ella ha ungido mis pies con bálsamo.

Os digo que sus pecados, que son muchos, le son perdonados porque amó mucho. Pero a quien poco se le perdona, poco amor se le muestra.

Jesús dijo a la mujer,

“Vuestros pecados os han sido perdonados. Vuestra fe oa ha salvado. Iros en paz”.

Los que estaban sentados a la mesa con Jesús empezaron a decirse unos a otros,

“¿Él quién se cree que es, para que pueda perdonar pecados?“.