Jesús Sabía que Su tiempo Era Corto y dijo,
“Sólo voy a estar con vosotros un poco más de tiempo, y luego me iré con el que me envió. Me buscaréis, pero no me encontraréis. A donde yo voy vosotros no podréis venir”.
Los judíos de Jerusalén se dijeron,
“¿Adónde irá este hombre para que no le podamos encontrar? ¿Irá a estar con los judíos que viven entre los griegos y enseñan a los griegos?
¿Qué quiere decir cuando dice: “Me buscaréis, pero no me encontraréis”, y: “Adonde yo voy, vosotros no podéis venir”?”
El último día de la gran fiesta, Jesús se puso en pie y gritó diciendo,
“Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice las Escrituras, de su interior brotarán ríos de agua viva.”
Jesús habló estas cosas del Espíritu Santo, que iban a recibir los que creyeran en Él. Pues el Espíritu Santo aún no había sido dado, porque Jesús aún no había sido glorificado.
Algunos de la multitud, al oír a Jesús, dijeron,
“Éste es un verdadero profeta”.
Otros dijeron,
“Éste es el Cristo”.
Pero algunos dijeron,
“¿Qué, el Cristo viene de Galilea? ¿No dice la Escritura que el Cristo va a venir de la descendencia de David y en Belén, la aldea donde vivió David?”.
Así pues, había división entre el pueblo a causa de Jesús.
Algunos querían detenerle, pero nadie le puso un dedo encima.
Cuando los agentes enviados para arrestar a Jesús volvieron con las manos vacías, los sumos sacerdotes y los fariseos les preguntaron por qué.
Dijeron los agentes,
“Nunca hemos oído a un hombre hablar como este hombre”.
Los fariseos les respondieron y dijeron,
“¿También vosotros os habéis extraviado? ¿Alguno de los gobernantes ha creído en él?
¿Alguno de los fariseos ha creído en él? La multitud ignora la ley y está bajo maldición”.
Nicodemo (el gobernante que acudió a Jesús de noche) les dijo,
“¿Juzga nuestra ley a un hombre antes de oír el caso y conocer los hechos?”
Respondieron a Nicodemo,
“¿Tú también eres de Galilea? Escudriña las Escrituras y verás que de Galilea no surge ningún profeta”.