Antes de que comenzara la fiesta de la Pascua, Jesús sabía que había llegado Su hora; que Él debería dejar este mundo e ir al Padre.
Jesús amó a los Suyos que estaban en el mundo, y Él los amó hasta el fin.
Durante la cena, Jesús supo que Satanás ya había entrado en Judas Iscariote y que tramaba traicionarle.
Jesús se levantó de la cena, dejó a un lado Sus vestidos y se ciñó la cintura con una toalla. Luego, Él echó agua en la jofaina y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla que le ceñía Su cintura.
Cuando se acercó a Pedro, éste le preguntó,
Señor, ¿piensas lavarme los pies?
Jesús le respondió,
“No entendéis lo que estoy haciendo, pero lo entenderéis más tarde”.
Pedro dijo a Jesús,
“Nunca me lavarás los pies”.
Jesús le respondió,
“Si no os lavo los pies, no tenéis nada que ver conmigo”.
Pedro dijo al Señor,
Entonces no me laves sólo los pies, sino también la cabeza, las manos y los pies.
Jesús dijo a Pedro,
“El que está bañado no necesita que le laven nada más que los pies, sino que está completamente limpio. Tú estás limpio.
Pero no todos estáis limpios”.
Así que Jesús les lavó los pies, se volvió a poner Su manto, regresó a la mesa y se sentó con ellos.
Entonces Jesús les dijo,
“¿Comprendéis lo que acabo de haceros?
Me llamáis Señor y Maestro, y del mismo modo que os he lavado los pies, también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Os he dado ejemplo de cómo debéis trataros los unos a los otros, igual que yo he hecho con vosotros.
Quiero deciros una verdad importante que debéis comprender. Os digo que un siervo no es más grande que su Señor, tampoco el enviado es más grande que el que le envió.
Si comprendéis estas cosas, entonces seréis bendecidos cuando las hagáis.
No me dirijo a todos vosotros. Conozco a los que he elegido.
Pero para que se cumpla la Escritura, el que come mi pan levanta su talón contra mí.
Te lo digo antes de que suceda para que, cuando suceda, creáis que soy yo.
La verdad que debéis comprender y a la que debéis prestar atención es que quien me recibe a mí, recibe también al que me envió”.