Después de hablar el Señor a sus discípulos, Él los condujo al monte llamado del Olivar. Y Él los bendijo, y luego los discípulos se quedaron atónitos cuando Jesús subió al cielo.
Le vieron ascender a una nube donde desapareció de su vista. Y ellos le adoraron.
Y mientras ellos seguían mirando al cielo, dos ángeles con forma humana, vestidos de blanco, se pusieron junto a ellos.
Y les dijeron,
‘Hombres de Galilea, ¿por qué estáis aquí mirando al cielo? Jesús, que fue recibido arriba en el cielo, vendrá otra vez de la misma manera que le visteis irse.’
Luego, ellos regresaron a Jerusalén desde el monte llamado del Olivar con gran alegría.
Y ellos estaban constantemente en el templo, bendiciendo a Dios. Y salían y predicaban por todas partes, obrando el Señor con ellos y confirmando la palabra con los signos y milagros y prodigios que demostraban que Dios los había ungido para predicar la buena nueva acerca de Jesús el Mesías.
