The Story of Jesus

Jesús es Rechazado

Parte 3

Jesús abandonó la zona de Galilea y regresó a Nazaret, su ciudad natal. Sus doce discípulos le siguieron.

Cuando llegó el sábado, Jesús entró en la sinagoga, como era Su costumbre, y se puso de pie para leer las Escrituras. Le entregaron el libro del profeta Isaías.

Él abrió el libro y encontró el lugar donde está escrito,

“El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar la Buena Nueva a los pobres, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la recuperación de la vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a proclamar el año de gracia del Señor.”

Jesús cerró el libro, se lo devolvió al asistente y se sentó. Todos los ojos estaban fijos en Jesús mientras les decía,

“Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos”.

Los que le escucharon se preguntaban unos a otros,

“¿De dónde ha obtenido este poder, y cómo hace estas sumas obras? ¿No es éste el hijo del carpintero José, el hijo de María? ¿De dónde ha sacado todas estas cosas?

Ellos se sintieron ofendidos.

Jesús les dijo,

“Os digo la verdad: un profeta no carece de honor, exceptuando en su propia patria y entre sus parientes. Ningún profeta es aceptable en su propia patria.

Intentad comprender la verdad que voy a compartir vosotros. En los días de Elías, cuando los cielos se cerraron y no llovió durante tres años y medio, y una gran hambruna se abatió sobre toda la tierra, Elías no fue enviado a nadie de su país de origen.

Fue enviado a una viuda de Zarafat, en la tierra de Sidón, y ella fue salvada de la hambruna por un milagro de Dios.

Y aunque había muchos leprosos en Israel en la época de esta tribulación, solamente un leproso fue sanado por Elías. Fue Naamán, un hombre de Siria”.

Cuando ellos escucharon esto, se pusieron furiosos. Se levantaron contra Jesús y lo llevaron al borde de la colina sobre la que estaba construida su ciudad con la intención de arrojarlo por el precipicio para causarle la muerte.

Pero Jesús simplemente pasó por en medio de ellos y continuó Su camino.

Jesús sólo realizó unas pocas obras poderosas en Nazaret porque los habitantes carecían de fe y estaban llenos de incredulidad. Dejó Nazaret y regresó a Cafarnaúm.