Un día Jesús vino de Nazaret al Jordán para ser bautizado por Juan.
Pero Juan no quería bautizar a Jesús y le dijo
“Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a ser bautizado por mí?”.
Jesús le dijo a Juan,
“Permítelo para cumplir con toda justicia”.
Después que todos los demás habían sido bautizados, llegó el momento de bautizar a Jesús.
Después de que Jesús fuera bautizado por Juan, y antes de que saliera del río Jordán, los cielos se abrieron y el Espíritu Santo descendió en forma corporal como una paloma.
Una voz salió de los cielos, diciendo,
“Éste es mi Hijo amado, con quien estoy bien complacido”.
Jesús tenía unos 30 años y estaba lleno del Espíritu Santo cuando empezó a enseñar.