The Story of Jesus

Jesús Denuncia a los Fariseos

Parte 12

Mientras Jesús enseñaba, uno de los fariseos de la multitud le pidió que fuera a cenar con él.

Jesús aceptó la invitación y entró en su casa. Cuando el fariseo vio que Jesús no se lavó Sus manos antes de sentarse a comer, se asombró.

Jesús sabía lo que pensaba el fariseo y le dijo

“Vosotros, fariseos, limpiáis el exterior de la copa y del plato, pero el interior está lleno de avaricia y de maldad.

¡Tontos! ¿Acaso el que hizo el exterior no hizo también el interior? Entregad vuestra vida interior como ofrenda y todo quedará limpio.

Pero ¡ay de vosotros, fariseos! Diezmáis con una exactitud tal que dais la décima parte de una semilla o de una hierba.

Pero ignoráis hacer justicia a los demás y amar a Dios. Ésas son las cosas que deberíais dar, y no las otras.

¡Ay de vosotros, fariseos! Os encantan los asientos importantes en las sinagogas y los saludos elegantes en el mercado.

¡Ay de vosotros! Sois como sepulcros blanqueados por fuera, pero llenos de corrupción y de huesos muertos por dentro.

Uno de los abogados que estaba escuchando dijo a Jesús: “¿No os estáis precipitando en vuestra condena?””.

Jesús le dijo,

“¡Ay también de vosotros, abogados! Cargáis a los hombres con cargas demasiado pesadas para llevarlas, mientras que vosotros no movéis un dedo para llevar vuestras propias cargas.

¡Ay de vosotros! Decoráis las tumbas de los profetas que mataron vuestros padres. Así que sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres. Vuestros padres mataron a los profetas y vosotros decoráis sus tumbas”.

Jesús resumió entonces las palabras pronunciadas por los profetas de la antigüedad y dijo

“Les enviaré profetas y apóstoles, y a algunos de ellos los matarán y perseguirán. La sangre de los profetas, que fue derramada desde el principio del mundo, será exigida de esta generación. , Desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que fue muerto entre el altar y el santuario. Sí, os digo que se exigirá de esta generación.

¡Ay de vosotros, abogados! Os habéis llevado la llave de la comprensión de las Escrituras. Ni siquiera utilizasteis vosotros mismos la llave para entrar en el Reino y dificultáis la entrada a los demás.”