Mientras comían y después de que Judas se alejara de ellos, durante la noche en que el Señor fue traicionado, Jesús tomó el pan y, después de dar gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos y dijo,
“Tomad, comed. Esto es mi cuerpo que es entregado por vosotros. Haced esto en conmemoración mía.
Después de la cena, él tomó el cáliz de la misma manera, dio gracias y les dijo,
Bebedlo todo, porque ésta es mi sangre de la alianza que se derrama por muchos para el perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía, porque todas las veces que comáis este pan y bebáis de esta copa, proclamaréis la muerte del Señor hasta que él regrese de nuevo.
Pero no beberé más del fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.”
Y todos bebieron de ella.