The Story of Jesus

Alimentando a los Cinco Mil

Parte 7

Pero cuando la multitud escuchó que Jesús estaba cruzando el lago, lo siguieron. Otros muchos corrieron de todas las ciudades de los alrededores para encontrar a Jesús.

Cuando Jesús vio a las multitudes, se compadeció de ellas y las acogió. Jesús les enseñó y sanó todas sus enfermedades.

Más tarde, Él y Sus discípulos fueron al monte y Jesús se sentó con ellos. Se acercaba la hora de la fiesta de la Pascua.

A medida que avanzaba el día, los doce discípulos se acercaron a Jesús y le dijeron,

“Despide a las multitudes, se está haciendo tarde y necesitan marcharse para poder ir a las aldeas y ciudades cercanas a comprar comida y encontrar alojamiento”.

Pero Jesús les dijo,

“No hay razón para que se vayan”.

Jesús levantó los ojos y miró a la multitud que se le acercaba. Le dijo a Felipe,

“¿Dónde podemos comprar pan suficiente para que coma toda esta gente?”.

Jesús ya sabía lo que iba a hacer, pero dijo esto para poner a prueba a Felipe. Felipe respondió y dijo,

“Aunque todos tuvieran sólo un trocito de pan, costaría 200 jornales alimentarlos”.

Jesús les dijo a Sus discípulos,

“Dadles de comer”.

Ellos le preguntaron,

“¿Quieres que vayamos y nos gastemos el sueldo de 200 días en pan?”.

Jesús les preguntó,

“¿Cuántos panes tenéis?”

El hermano de Simón Pedro dijo a Jesús,

“Hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces. Pero hay unos 5.000 hombres que alimentar. ¿De qué servirían un par de panes y dos peces?”.

Jesús les dijo que le trajeran los cinco panes y los dos peces. Cuando lo hubieron hecho, Jesús ordenó a toda la gente que se sentara sobre la hierba en grupos de cincuenta.

Él tomó el pan y el pescado y miró al cielo. Bendijo la comida y partió los panes. Dio los panes y los peces a los discípulos para que los distribuyeran entre la multitud.

Todos comieron hasta saciarse.

Una vez ellos estaban satisfechos, Él dijo a Sus discípulos que recogieran todo lo que había sobrado. Ellos recogieron todos los panes y los peces que sobraron, y llenaron doce cestos.

Cuando la gente vio este milagro, dijo,

“Éste es verdaderamente el Mesías que ha venido al mundo”.